El Panteón Municipal de Quiroga

Libro: Fragmentos de la Historia de Quiroga.

Autor: Rubén Aguilar Calderón, Cronista e Historiador de la Ciudad de Quiroga, Michoacán, México.

El libro completo lo puede solicitar directamente en esta tienda virtual, y con gusto lo cantactaremos con el autor, Tiene un costo de recuperación y de envío que en su momento se le informará.

Nuestro compromiso es que esta gran obra esté al alcance de todos los michoacanos, no solamente los que viven en México sino también los que viven en  el extranjero.

Sabemos que hay muchas personas alrededor del mundo que aprecian la cultura purépecha, y que no pueden conseguir la información en la localidad donde viven..

 

 

EL PANTEON.

 

Los entierros indígenas en el área de Cocupao se han encontrado accidentalmente por cuestiones de trabajo, tanto de siembras, como por la fabricación de tabique, teja o casas. En estos pequeños panteones indígenas de vez en cuando se ha encontrado la osamenta humana con sus respectivos objetos arqueológicos que se han llevado fuera de Quiroga para analizarla, desde tiempos del Dr. Nicolás León. Se han descubierto junto al lindero entre Santa Fe y Quiroga, junto a la capilla de San Miguel, y rumbo al cerro de la cruz.

El Panteón, Cementerio o Camposanto,  en cualquiera de estas tres formas, por costumbre nos referimos al mismo sitio; en esta cabecera municipal es más usual decir "el Panteón", que es lo menos indicado, porque es un término pagano,  y Cementerio y Camposanto son términos cristianos.

En la República Mexicana la Comisión de Cementerios fue creada en el año de 1833, a cuya comisión pertenece el siguiente escrito: «Considerando que sepultar los cadáveres en el interior de los templos es uno de los abusos más perniciosos y más contrarios a las leyes y sagrados cánones, se quitó al clero la intervención en los cementerios y panteones». (Fueron dictadas estas providencias para evitar contagios del cólera, epidemia), «Las autoridades políticas activarán la Constitución de Cementerios; Mientras servían de cementerios los atrios de todas las Iglesias, Capillas y ermitas.»

«Los atrios se dividirán en 4 tramos de la Iglesia a la circunferencia, las líneas divisorias se marcaran con árboles, y el tamaño de los tramos será de mayor a menor para que en los inferiores pueda sepultarse el mayor número. Los gastos y plantación y cuidado se harán por mitad de la Fábrica (Iglesia), y Municipales. Empleando a los condenados (presos) a obras públicas. La división la harán los párrocos de acuerdo con la autoridad política. Se enterrará a todos de cualquier clase o dignidad. A excepción de los M.R.R. Obispos, los miembros del venerable cabildo, las Señoras religiosas y profesas y los fundadores de la Iglesia o Monasterio y sus familias,  cuando tengan sepulcros designados al efecto por ellos mismos. Toda sepultura será de una y media vara de profundidad y faltándose a esta providencia, el sacristán de la Iglesia o encargado será multado o arrestado, o pagará el párroco que haya dado licencia $300.00 trecientos pesos. A la autoridad política que no lo haya impedido $200.00 doscientos pesos, y a los dolientes $100.00 cien pesos, o arresto de 20 meses. No se abrirán sepulcros antiguos en horas que los fieles concurran a las Iglesias», Morelia, Julio 20 de 1833.

Con las nuevas reformas de los cementerios, en la Parroquia de San Diego de Quiroga se suspendió el entierro de difuntos en el interior del templo, sin embargo se siguió utilizando el atrio para la inhumación de los cadáveres ya que aún no existía el lugar adecuado. En el centro del atrio de la Parroquia de San Diego no se conoció la cruz monolítica de cantera, que por costumbre se colocaba y se coloca en todos los cementerios, solo se conoció por los años 40s una cruz de madera sobre un pedestal de tabique sin revestir que después cubrieron de cemento, hasta que la desaparecieron al colocar el piso de ladrillo.

En el año de 1839 ya creada la Comisión de Cementerios, el reglamento eclesiástico sobre el tema decía: “Reglamento para entierros dentro de la Iglesia considerados divididos en cuatro tramos que corran desde la grada del presbiterio y por el lugar de sepultura, en el primer tramo se paguen 20 pesos, en el 2°. 10 pesos, en el 3°. 4 pesos y en el último 1 peso.»

En el año de 1849 ya estaba en construcción el Panteón Municipal de Quiroga, y siendo Cura Propietario de la Parroquia, el P. Juan de Dios Torres, se aplicó la ley de remover el Cementerio a cargo del Clero a un lugar a cierta distancia del pueblo, y donde favorecieran los vientos para no perjudicar a la población. A consecuencia de esto se efectuó una variación de medidas en el atrio de la Parroquia quedando terreno a favor del Clero, mismo que se trató de vender, quedando sin efecto su venta, por la enérgica oposición de la Comunidad Indígena del Calvario.

En el año de 1850, el panteón municipal fue inaugurado con visión al futuro de 100 años, (calculo nada mal), con medidas de: 109 m. al oriente y colinda con la barranca que baja del cerro Azul. Por el poniente 109 m. con el callejón que sube hasta juntarse con el Camino Real. Por el norte 93 m. con el Camino Real que sale a Morelia por donde tiene su puerta de entrada. Por el sur 93 m. con terrenos baldíos de la Comunidad Indígena. Sus bardas de adobe encierran una superficie total de 10,137 M2. Misma superficie que está dividida por una barda en medio de norte a sur, catalogado así:

«En la primera faceta se puede inhumar a gente de diferente raza, siempre que su condición social política y económica, principalmente ésta última, esté bien representada. La segunda faceta es para TODA LA GENTE POBRE E INDIGENA».

En el año de 1950, cien años después, la segunda faceta era junto a la barranca para gente extremadamente pobre o personas que por diversas circunstancias aparecían muertas en el municipio, sin que fueran reclamadas. Se enterraban envueltas en un petate en calidad de desconocidas después de exhibir su cadáver en el interior de la Presidencia Municipal, el tiempo que fuera posible.

La barda divisoria del panteón fue derribada entre 1965-1968.

En el primer tramo del panteón que fue de 1ª Clase, se encuentra la Cruz Monolítica de cantera que siempre se ha ignorado. Frente a la cruz se construyó la capilla o descanso con la puerta mirando al norte igual que la entrada del panteón.

El día 12 de marzo aparece en el reglamento de cementerios lo siguiente:

 

Sepulcros.

Por perpetuidad

Por 5 años aislado

Por 5 años junto a los

demás.

Fosa común

Exhumación

Renovación de 5 años

Aislado.

1ª Clase

$50.00

$ 10.0

 

$ 5.00

$ 1.50

$ 5.00

 

$ 5.00

2ª Clase

$25.00

$ 5.00

 

$ 4.00

$ 1.50

$ 5.00

 

$ 5.00

 

Los pobres gratis que no excedan de un jornal de 4 reales diarios, Morelia, Mich. 12 de marzo de 1860.

Antiguamente las lápidas sepulcrales eran de cantera con sus epitafios gravados, como la del Sr. Alfonso Gómez del 11 de agosto de 1883, la de la Sra. María Estefanía Mier del 18 de junio de 1897, y la del Sr. Rafael Torres Ortiz del 27 de Febrero de 1900.  Todas por su labrado representaban una obra de arte hecha por los canteros de Quiroga, Don Marcos Cervantes y Don Luís Madrigal y otros, a diferencia de las personas pobres cuyas tumbas eran un simple montón de tierra con una cruz dibujada en una piedra laja.

Cuentan los vecinos que, en el descanso, había un cajón de madera con grandes velas de ocote aproximadamente de 2 y medio metros de largo y de poca profundidad, con dos asas de fierro y le decían «La parihuela» (el diccionario dice: camilla para llevar peso entre dos). Este cajón dió servicio para recoger muertos en las revoluciones y epidemias. La parihuela desapareció al derribar las ruinas del descanso que fue trabajo de don Luís Rodríguez Salmerón, y la reconstrucción fue hecha por el Sr. Salvador Coria Durán, (1940). El descanso tenía en el centro interior un pretil o mesa de adobe para descansar los ataúdes. Por los años 20´s, el panteonero era el Sr. Francisco Villa.

Las cajas mortuorias las hacían los carpinteros o ebanistas de un día para otro, eran cajas de lujo o sencillas a las que indistintamente se clavaba la tapa ya en el panteón, en 1919 uno de los fabricantes de cajas era el Sr. Gasca (Martín ¿).

 

Galería de Imágenes de Quiroga. Imagen 86

Modelos de ataudes que diseñaba el Sr. Gasca en Quiroga, Michoacán, México.

Modelos de ataúd que diseñaba el Sr. Gasca.

 

Hasta el año de 1933 aparece el primer expendio de cajas mortuorias en Quiroga, como ya anteriormente mencionamos fue en casa del Sr. Pedro Gaona Torres, que fabricaba el Sr. Pedro Gómez desde Acuitzio del Canje, al que, lo acumulado de las ventas se le enviaba por giro postal,  tomando el Sr. Gaona $1.00 un peso de camisón por caja, más la renta del local.

Era costumbre que los niños «Angelitos», se tendían sobre una mesa y se cubrían de flores de los huertos caseros. Las personas mayores se tendían en una cama, a veces sobre tablas, colocando debajo de éstas una mitad de chilacayote, y así se conducían al cementerio donde se colocaban en sus cajas. Poco a poco se adoptó la costumbre de conducirlos al panteón dentro de su ataúd. A los Angelitos, los vestían los padrinos de bautismo,  bajo distintas advocaciones como del Sagrado Corazón de Jesús, San Miguel, etc. Otra desaparecida costumbre fue la de no enterrar al extinto sin ser retratado y posar junto a la caja con los familiares.

En el año de 1941, en el gobierno del C. Leopoldo González Leal, se cambió la puerta del panteón, de la barda norte a la barda sur, con el problema de quedar dentro de una propiedad privada;  y fue cedido solo un espacio en forma de cuchilla para la entrada de los sepelios, Hasta el año de 1968, en el Ayuntamiento del C. Federico Villanueva T., el Sr. Juan Saucedo Robles propietario del terreno donó el espacio suficiente para que la entrada al panteón quedara directa.

En el año de 1949 fue empedrada la calle Colón, después Concordia y actual Melchor Ocampo Nte. que va de la Av. y. de Quiroga hasta la puerta del panteón; Eran aquellos años inolvidables para muchos que pertenecieron al gran apogeo del Sinarquismo en Quiroga, quienes ejecutaron este trabajo auxiliados por gente de Santa Fe de la Laguna, y plantaron jacarandas a lo largo de la calle de las que hoy solo queda una, que raramente expide el perfume de sus hojas, y que en tiempo de floreo tapiza su sombra de color lila.

 

Galería de Imágenes de Quiroga. Imagen 87

Grupo de Sinarquistas haciendo el empedrado de la calle al Panteón de Quiroga, Michoacán, México.

Grupo de Sinarquistas construyendo el empedrado de la calle Melchor Ocampo rumbo al panteón. Lleva la carretilla del centro Don Trinidad Herrera, y la de la derecha Don Eulogio Estrada. A la izq. con gorra de conscripto Don Silverio Calderón Jr. y tendía los hilos y cordones Don Justo Domínguez de Sta. Fe de la Laguna. 1949.

 

Las lápidas de cantera han desaparecido, o las han transformado, incluso el mausoleo del Coronel Jesús Villanueva con sus 105 años de existencia se está destruyendo por ignorancia e indiferencia.

El día 10 de mayo de 1950 se inauguró una cripta en la parroquia de San Diego, amplia y con un bonito altar central construida por el Sr. Cura Don Jesús Olivares Godínez, desafortunadamente no dio resultado debido a una corriente subterránea de agua que siempre la mantenía húmeda, y en tiempo de lluvias se inundaba.

En 1960 había pocas tumbas, la mayoría sin lápidas; en los gigantes del Panteón posaban muchos cuervos (Zopilotes), y el panteón estaba rodeado de terrenos de cultivo. En 1963 la puerta que era de madera fue sustituida por una metálica. El Ayuntamiento por carecer de recursos no aportó nada, a cambio cedió la puerta vieja a los herreros. La capilla no se utilizaba por las malas condiciones en que se encontraba, y fue en el año de 1968 que el C. Federico Villanueva y la Junta de Mejoras Materiales representada por los C.C. Primitivo García M., Francisco Serranía G. y Eustorgio Fuentes Rojas, cuando se reconstruyó, en parte con cantera del derrumbado Palacio Municipal; ese mismo día se inauguró la calzada de entrada por el Párroco Pbro. Fidel Machuca, y después de la bendición concelebraron la misa; el Padre Machuca, el Vicario Javier Solís y el Pbro. Gilberto Fuentes. La placa conmemorativa fue de develada por el C. Federico Villanueva, quien autorizó que la puerta del descanso se colocara mirando hacia el sur.

En campaña el candidato a la Presidencia Municipal C. Luís González Robles, pavimentó la banqueta a lo largo del panteón, (1986). El altar de madera que se encuentra en el interior del descanso fue obra de Don Mateo Romero, nacido en Quiroga en 1861, y su tumba quedó a mitad de la calzada frente a la capilla en el año de 1960. En el año de 1981 se pavimentó la calle M. Ocampo de acceso al panteón por el C. J. Encarnación Medina Medina, suprimiendo el antiguo empedrado; y en el trienio del C. Alfredo López (1996-98) se pavimentó la continuación de la puerta del Panteón hasta la calle Manuel Doblado.

 

Galería de Imágenes de Quiroga. Imagen 88

Construcción de la barda que dejaría libre la entrada al Panteón de Quiroga, Michoacán, México.

En construcción la barda que dejaría libre la puerta del panteón, nótese al lado izquierdo la ladera aun sin fraccionar.

 

El Club de Leones de Quiroga donó las gradas de entrada al Panteón, y planto las acacias; en 1999, se estrenaron las jardineras en ambos lados de la puerta principal.

Paulatinamente el cementerio fue cambiando de aspecto: Predominaron las tumbas de granito y cemento. Los 10,137 m2. se cubrieron de tumbas por las pocas exhumaciones, y se paga perpetuidad, además la compra de grandes terrenos anticipándose a los acontecimientos familiares desde hace algunos años se generalizó,  y la autoridad permitió el circundar las tumbas de herrería provocando incomoda estrechez.

A cambio de aquellos sepulcros humildes, que el día de muertos se componían con flores silvestres, y flor de piedra, con coronas de vara-blanca y cincollaga, y se iluminaban con una veladora, las hay en forma de pequeños aposentos con luz eléctrica y alfombrados; en día de muertos se convierte el panteón en un enorme jardín de flores cultivadas y coronas de cinta celo-seda.

El Panteón o CAMPO-SANTO o la casa de los despojos, donde algún día reposará nuestra humanidad entera, bajo la sombra de los viejos árboles, entre el silencio infinito de la soledad, donde nos acompañarán solo las oraciones de quienes nos amaron.

Pocos años duró en el frontón de la puerta del cementerio un letrero que decía; «CUANDO LA VIDA TE CANSE VIAJERO, AQUÍ TE ESPERO».

 


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